Retenciones: exportaciones de servicios podrían generar ingresos extra de 1.000 millones dólares en 2019
La decisión del Gobierno de aplicar una alícuota de 12% para todas las ventas externas impacta en forma diversa por la heterogeneidad de los sectores.
El Gobierno anunció la aplicación de derechos de exportación para bienes y servicios, con el objetivo de obtener una recaudación extra en torno a los u$s7.000 millones en 2019, en el marco del plan de «déficit cero» que esta semana llevó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, al directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En forma inédita, la decisión oficial también involucra las exportaciones de servicios a partir de 2019. Dada la heterogeneidad de actividades que engloba, el impacto y la absorción de este tributo en los costos es muy diverso.
Las retenciones para las ventas de servicios al exterior serán de $4 por cada dólar exportado. Con un tipo de cambio mayorista que hoy es de $37,35, esta contribución se aproxima al 11 por ciento.
Según el Balance Cambiario del Banco Central, en 2017 los ingresos por servicios ascendieron a u$s9.577 millones, mientras que entre enero y julio 2018 sumaron u$s.665 millones.
«El sector de servicios de conocimiento es hoy el segundo bloque exportador del país, luego del agro, y uno de los de mayor potencial en la generación de empleo de calidad y desarrollo de su gente», señaló a Infobae Santiago Mignone, socio a cargo de PwC Argentina.
«Los servicios de valor agregado corresponden a tareas de asistencia en auditoría externa, consultoría impositiva, ciberseguridad y administración de accesos, procesos, marketing y diseño, entre otras tareas de cumplimiento e IT, lo que genera importantes oportunidades para los colaboradores y la comunidad en el mediano y largo plazo», comentó Mario Julio, socio de PwC Argentina y Gerente General del Centro de Exportación de Servicios de Conocimiento (CESC), división que impulsa negocios con empresas de la red global de PwC, especialmente a Estados Unidos.
Si el dólar más alto beneficia la actividad de las empresas proveedoras de servicios, por estos conceptos el Estado estaría recaudando derechos de exportación del orden de los 32.000 millones y los 40.000 millones de pesos anuales, es decir entre 800 y 1.000 millones de dólares al tipo de cambio actual.
En cuanto al balance comercial, la cuenta de servicios fue ampliamente deficitaria para la Argentina por el auge de turismo y consumos de argentinos en el exterior, a la rastra del atraso cambiario que abruptamente se dio vuelta con la devaluación del peso argentino este año. La salida neta por este concepto llegó a superar los u$s10.000 millones anuales.
Pero si se despeja la actividad turística, el resto de los rubros es mayoritariamente superavitario. Por ejemplo, el sector información e informática, que incluye el competitivo desarrollo de software argentino, generó en 2017 ingresos por u$s991 millones, y un superávit de u$s359 millones, si se descuentan los egresos (contrataciones de servicios informáticos en el exterior) por u$s632 millones el año pasado.
«Habrá diferencias por actividad, por participación en las exportaciones, por tipo de perfil del profesional informático. Lo que sí sabemos que la evidencia histórica nos demuestra que el efecto devaluatorio no se traslada totalmente a salario, que las razones por la rotación de personal exceden lo meramente salarial, que la fuga de cerebros es un fenómeno complejo y multicausal, y que siempre que el tipo de cambio aumentó, las exportaciones medidas en dólares también aumentaron», indicó a Infobae Ezequiel Tosco, secretario General de la Asociación Gremial de Computación.
Tosco consideró que «es el momento de que la industria sea solidaria con el resto de la sociedad aportando este tributo extraordinario», aunque advirtió que una mejora de los ingresos en el sector del software brinda una oportunidad para revertir «el abuso del contrato por tiempo limitado» y «la precarización a través del trabajador monotributista o freelancer», que aún abundan en el rubro informático.
Asimismo, según datos del Observatorio de la Economía del Conocimiento, dependiente del Ministerio de Producción, el trabajo registrado en el rubro informático es de unos 96.400 empleados, que ascienden a unos 107.000 si se considera que hay un 10% de informalidad en el sector, según la Encuesta permanente de Hogares del INDEC.
En tanto, si se toman en cuenta las cifras aportadas por la Balanza de Pagos del INDEC, los ingresos por servicios informáticos y software contratados desde el exterior a la Argentina ascendieron en 2017 a u$s1.699 millones según la cuente corriente de servicios y representaron la tercera parte de las ventas totales.
No todos los proveedores de servicios con clientes en el exterior pueden absorber las retenciones del mismo modo. Para las industrias creativas el costo principal son los salarios por lo que la inflación genera una pérdida de competitividad que la variación cambiaria no llega a equiparar.
Desde la Asociación Argentina de Publicidad (AAP) expresaron su «grave preocupación por el impacto que tendrán las retenciones en un sector donde las exportaciones son necesarias aunque incipientes».
A través de un comunicado, la AAP expresó que «un 57% de las agencias creativas han iniciado el camino de las exportaciones, pero este es un proceso débil, ya que la mayoría exporta menos del 10% de lo que factura. Si bien estas empresas cuentan con los recursos humanos y la voluntad de exportar, tropiezan con trabas, como los costos para facturar entre países».
En ese aspecto, Tosco, de la Asociación Gremial de Computación, manifestó que «toda crisis genera oportunidades. Para que los beneficios de estas oportunidades se distribuyan equitativamente convocamos al sector empresario a dialogar, a transparentar la actividad, formalizar la relación laboral, aportar a la seguridad social, y actuar solidariamente con el resto de la Argentina».
FUENTE: Iprofesional