Impuestos en la región: más presión sobre el consumo y menos en las multinacionales
Para la CEPAL, los sistemas tributarios latinoamericanos también se valen de los ingresos laborales y tienen baja recaudación sobre la renta personal de los sectores más ricos.
Los sistemas impositivos en Latinoamérica y el Caribe obtienen la mayoría de los recursos de impuestos al consumo -que afectan a los más pobres- y de ingresos laborales, a la vez que presentan una baja recaudación sobre la renta personal de los sectores de altos ingresos y otorgan reducciones «excesivamente» generosas para las empresas multinacionales. Si bien Argentina está por encima del promedio de recaudación de la región, no escapa a esta descripción general elaborada por una investigación conjunta de CEPAL y Oxfam.
Según el trabajo, en muchos países de la región, «el sistema tributario se apoya principalmente en los impuestos sobre el consumo, que resultan más gravosos para los grupos de ingresos bajos y medianos». Esto se conoce como impuestos regresivos y el ejemplo más conocido es el IVA, cuyo incremento a partir de 1990 en América Latina y el Caribe «compensó la reducción de la proporción relativa de los impuestos especiales y los impuestos que gravan el comercio internacional». En la punta opuesta, dice el informe, gran parte de la riqueza de los multimillonarios del continente permanece en paraísos fiscales.
«El IVA sigue siendo el impuesto que más recauda en nuestro país. A diferencia del promedio en Latinoamérica, Argentina y Brasil han llegado a niveles elevados de presión tributaria, que además de estar vinculada a los derechos de exportación tiene que ver con el impacto de la inflación, con la falta de actualización de los mínimos no imponibles, escalas, y deducciones (impuesto a las Ganancias) y el crecimiento de la recaudación por los aportes a la seguridad social», señaló Darío Rossignolo, economista de la Universidad de Buenos Aires y consultor internacional en políticas fiscales.
Asimismo, el informe indica que la recaudación del impuesto sobre la renta personal es relativamente baja, en particular entre los grupos con ingresos más altos. «La CEPAL calcula que la tasa impositiva media efectiva para el 10% más rico solo equivale al 5% de su ingreso disponible. Como resultado, los sistemas tributarios de América Latinason seis veces menos efectivos que los europeos en lo referente a la redistribución de la riqueza y la reducción de la desigualdad». Así, no suena extraño que América latina sea el continente con mayor desigualdad del planeta, en donde «el 10% más rico (2014) tiene el 71% de la riqueza de la región», y que la tendencia a la concentración camine en rumbo al aumento.
«Los impuestos en Argentina recaen sobre sectores bajos, medio bajos y medios. A partir de esta estructura, la capacidad de redistribuir el ingreso está más dada por el gasto público, por ejemplo, a través de los programas sociales», afirmó Ariel Melamud, economista de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).
Además, los gobiernos de la región otorgan un «trato de favor a las compañías multinacionales», a través de «reducciones excesivamente generosas de las tasas de los impuestos de sociedades». Tal es el beneficio, que «según algunos cálculos, la carga impositiva para las empresas nacionales equivale al doble de la carga efectiva soportada por las compañías multinacionales», asegura el trabajo.
También los ingresos fiscales en la región se ven afectados por empresas que controlan parte de su negocio a través de sofisticadas estructuras con compañías fantasmas en paraísos fiscales. «Países como Argentina y otros de ingreso medio-bajo, corren en desventaja porque algunas multinacionales tienen equipos contables que les permiten utilizar estas herramientas», explicó Melamud.
«En nuestro país las multinacionales tienen caminos para aliviar la carga tributaria, pero principalmente tiene que ver con la forma de tributación, ya que por hacerlo en otro país, tienen canales y mecanismos para reducir la carga que no tienen las empresas locales, a través de la traslación de impuestos a lugares donde la carga impositiva sea menor», describió Rossignolo.
A todo lo anterior hay que añadir las «terribles» tasas de elusión y evasión de impuestos en la región. «La CEPAL estima que la evasión y la elusión de los impuestos sobre la renta personal y de las empresas costaron a América Latina más de 190.000 millones de dólares en 2014, es decir, un 4% del PIB regional». También por el lado del consumo se evita pagar impuestos, debido a la alta informalidad e ilegalidad de las economías del continente.
Fuente: iEco.Clarin.com