El país está entre los que menos invirtieron en infraestructura, dice el BID
Afirma que la Argentina «ahorra poco» y que, si lo hace, estará en condiciones de elevar sus desembolsos a US$ 8000 millones anuales.
El Banco Interamericano de Desarrollo afirmó que la Argentina (BID) es uno de los países que menos invirtieron en infraestructura en los últimos años en América latina.
Además, afirmó que su tasa de ahorro estuvo entre las menores entre los países emergentes, tendencia que debe revertir para enfrentar sus problemas de crecimiento económico en general y su déficit previsional en particular.
En el libro Ahorrar para desarrollarse, editado por los economistas Eduardo Cavallo y Tomás Serebrisky, se explicó que «la tasa de ahorro en la Argentina fue del 17% del PBI entre 1980 y 2014, frente al 33,7% registrado en las economías emergentes en Asia y el 22,8% en las economías avanzadas».
Según el trabajo del BID, el país puede aumentar su nivel de ahorro público entre 4 y 4,5 por ciento del PBI, «eliminando filtraciones de gasto en asistencia social, energía y gastos tributarios, por ejemplo, exenciones tributarias que benefician a quienes no son pobres».
Esa suma podría equivaler a US$ 20.000 millones y la Argentina podría incrementar su inversión en obras en un total de US$ 8000 millones anuales.
La reversión de esta carencia es fundamental porque el sistema jubilatorio presenta un déficit equivalente a cerca del 2% del PBI.
El otro problema identificado es que, entre 2008 y 2013, el país fue «el que menos ha invertido en infraestructura», uno de los sectores clave para desarrollar la competitividad.
«La Argentina ahorra poco y tiene el gran desafío de aumentar más la inversión, particularmente en un sector clave como la infraestructura, lo que requiere resolver dos problemas: la falta de financiamiento y un contexto adverso para la inversión», expresaron a LA NACION.
La buena noticia, aclararon, es que «se haya logrado resolver el problema de la falta de acceso al mercado de capitales», pero hay que tener cautela «con el financiamiento externo por su potencial impacto en la vulnerabilidad en las cuentas externas».
Por esta razón, es clave «aumentar el ahorro nacional para financiar la inversión», acotaron.
El problema para lograrlo no es tanto la inflación, sino «la falta de promoción del ahorro como una política de Estado», indicó Cavallo.
«Muchos ahorros se canalizan fuera del sistema financiero y entonces es menos probable que haya mayor inversión productiva», explicó.
Como solución, Serebrisky sugirió «una regla fiscal como la de Chile», de carácter contracíclico, y la reducción de la economía informal.
También, según Cavallo, es importante que se reduzcan los costos fijos del sistema financiero -ampliando la base de usuarios-, que se brinde una mayor cobertura geográfica -por medio de la tecnología- y que se promueva una mayor confianza en los bancos, a través de la educación.
Serebrisky señaló que, pese al déficit fiscal, el ahorro puede crecer. «Hay que evitar el ajuste tradicional en el que se suben los impuestos; sino mejorar la fiscalización del gasto eliminando filtraciones», opinó. Por ello, reiteró, es importante que los subsidios beneficien a los sectores que lo necesitan solamente.
«El ahorro nacional es clave para generar mayor crecimiento económico», concluyó.
Fuente: portfoliopersonal.com