La lista de cambios globales que está modificando la forma de hacer inversiones
Seis claves en un mundo cambiante. Así señala, Mariano Sardans, CEO de la gerenciadora de fondos FDI, los puntos clave que todo inversor debe tener en cuenta a la hora de pensar el destino del dinero ahorrado.
1. Vamos hacia un mundo fiscalmente transparente
Es de público conocimiento el movimiento internacional que se ha desarrollado especialmente en los últimos dos años, a favor de la transparencia tributaria en materia financiera y la cooperación en cuanto al intercambio de información. La mayor muestra de ello ha sido la suscripción del “Acuerdo Multilateral de Autoridades Competentes sobre el Intercambio Automático de Información sobre Cuentas Financieras”, promovido por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el G20, el 29 de octubre de 2014. A la fecha, dicho acuerdo ha sido suscripto y adherido por una centena de países, entre los cuales se encuentran todos los países de Europa, incluyendo Suiza, Luxemburgo y Andorra. En la mayoría de los casos el intercambio automático de información bancaria correspondiente a 2016, comenzará en septiembre de 2017, mientras que otros países se han adherido con el propósito de empezar a intercambiar información correspondiente a 2017, a partir del año 2018.
Veamos algunos ejemplos significativos. A Uruguay, no le quedó otra alternativa que anular sus sociedades offshore, terminar con las acciones al portador e intercambiar información fiscal con sus dos principales socios comerciales, Argentina y Brasil. Panamá también debió adaptarse y promulgar una ley que en el mediano plazo, terminará eliminando las acciones al portador de sus sociedades. Los tratados de intercambio de información fiscal acabarán siendo automáticos y las «válvulas de escape» (método para ocultar activos inmobiliarios en ciertos países poniéndolos a nombre de sociedades offshore) quedarán extinguidas. Quien no comprenda esta situación y actúe en consecuencia, se encontrará frente a graves problemas.
2. La planificación impositiva, legal y sucesoria comienza a ser lo realmente importante
Los inversores se han dado cuenta que la rentabilidad la dan los mercados y no los asesores, y que lo mejor que éstos pueden hacer por el cliente es ayudarlo a diversificar y reducir al máximo los costos y comisiones. Por ende, un mundo fiscalmente transparente, plantea el desafío de contar no sólo con un buen asesoramiento financiero, sino también con una buena planificación impositiva, legal y sucesoria. La planificación impositiva, porque le permite al inversor evitar el camino más gravoso y aprovechar exenciones y/o exoneraciones fiscales sin dejar de cumplir con la normativa vigente, tanto del país donde tiene sus inversiones como del país donde reside. Un buen asesoramiento legal, porque le permite blindar su patrimonio del ataque de terceros manteniendo cierto anonimato para su seguridad, pero sin dejar de reportar sus tenencias y cumplir sus obligaciones fiscales. Por último, la necesidad de una buena planificación sucesoria, ya que le permite dejarle lo suyo a quien quiera, cuando quiera y de la forma que quiera, obviamente con las limitaciones que el derecho sucesorio le imponga en su país de residencia. Además, le permite disponer de fondos ante una situación en la que eventualmente no se encuentre en condiciones de firmar y/o expresarse (como una enfermedad de gravedad).
3. Los Discount-Brokers siguen creciendo a expensas de los brokers tradicionales
Los discount-brokers han ganado la batalla y los brokers tradicionales no han tenido otra opción que aggiornarse para no desaparecer en el tiempo. Estamos ante un mundo donde la compra/venta de acciones y bonos, y el servicio de custodia, son apreciados cada vez más por el inversor como un commodity; es decir que, ante una oferta donde todos brindan los mismos productos, servicios y seguridad, el inversor elige aquellas instituciones financieras que le proveen los menores costos y comisiones. Actualmente existen discount-brokers que cobran sólo u$s1 por operación –de compra/venta-, sin importar cuál es el monto de la misma, y sin cobrar por la custodia y el mantenimiento de la cuenta. Asimismo, como el inversor ya es consciente de que quien le vende no está en condiciones de asesorarlo con suficiente objetividad, no está dispuesto a pagar más por un asesoramiento que comprenda los intereses del propio vendedor. Ésta es la esencia y el origen de la desaparición de los Merril Lynch, los Bear Stearns y los Lehman Brothers.
4. Los ETFs desplazan a los fondos de inversión tradicionales
Los ETF (Exchange Traded Funds) son los instrumentos que cada vez más personas utilizan para invertir en los mercados de acciones, bonos y commodities. Los inversores mejor informados y/o asesorados, así como también los fondos de pensiones e institucionales más grandes, los vienen utilizando desde hace mucho tiempo. La razón es sencilla: ya hace años está demostrado que ningún fondo de inversión tradicional -aún con sus cientos de analistas y «gurúes»- puede ganarle consistentemente al mercado y mucho menos luego de trasladarle al inversor todos los gastos y comisiones que éstos le cobran. Ergo, si ninguno puede ganarle al mercado, no hay mejor opción que invertir en el mercado y eso se logra a través de los ETF.
Estos instrumentos «espejan» o «replican» la rentabilidad que dan los índices de los mercados de todo el mundo. ¿Cómo lo hacen? Invirtiendo en la misma composición de títulos (acciones, bonos, etc.) que informa y contiene el índice del mercado respectivo. Si el índice rindió 9,8%, el ETF que lo replica va a ganar exactamente ese valor menos el pequeño costo que éstos cobran. Sí, como hemos dicho, un “pequeño costo”. Veamos un ejemplo para describir qué tan pequeño es: mientras que el fondo de inversión Schroder USA -que dice tratar de ganarle al índice de acciones S&P500- cobra un gasto de administración anual del 2,00%, uno de los ETF más usados en el mundo que replica al mismo índice, cobra sólo un 0,09% anual. O sea que si el primero realmente llegase a lograr la rentabilidad del índice que pudo haber sido el 9,8%, sólo le transfirió al inversor un 7,8%. Mientras que el ETF le transfirió un 9,7%. Es demasiada diferencia de dinero entre uno y otro, para perder innecesariamente.
5. Los inversores entendieron que si quieren hacer diferencia comprando inmuebles, tienen que pensar en invertir internacionalmente.
El comportamiento de los mercados inmobiliarios ha demostrado que son tan riesgosos como los bonos, las acciones o cualquier otra inversión. O sea que también los inmuebles pueden caer de precio y no haber compradores a quien vendérselos (por lo menos a los precios que anhelamos).
La crisis del 2008/2009 en Estados Unidos terminó originando otras burbujas inmobiliarias alrededor del mundo que ya comenzaron a explotar. China es el caso más relevante por el tamaño de su mercado. En la región Brasil comienza a complicarse, pero los peores casos ya son Argentina y Uruguay. Como es sabido, siempre existe un catalizador que hace «volver a la realidad» a los inversores y les recuerda que las cosas no crecen indefinidamente, y que los precios relativos y la renta, son las mejores variables para analizar si los precios están inflados o no. El catalizador de la actual crisis inmobiliaria en Argentina fue sin duda el “cepo cambiario”; hoy los precios en dólares de los inmuebles no han dejado de caer y la mejor muestra de ello es que no hay transacciones. En Uruguay, los problemas comenzaron con la firma del tratado de intercambio fiscal con Argentina y empeoraron luego con la devaluación y el cepo cambiario de este último. Los precios en Uruguay tampoco dejan de caer aunque, por ahora, en menor medida que en Argentina. Y la razón es simple, los inversores grandes, medianos y pequeños advirtieron que hay otros mercados con oportunidades mucho mejores, o sea, con inmuebles mucho más baratos y que además generan rentas mucho más convenientes.
6. El método de ingresos por comisiones es reemplazado por el sistema Fee-Based
Como ya dijimos, quien vende no se encuentra en condiciones de asesorar de un modo objetivo. Es sabido que los vendedores cobran comisiones, con lo cual sus ingresos dependen de cuánto venden y de qué productos venden, dado que los diferentes productos le dejan diferentes ganancias.
En muchas ocasiones, los objetivos de venta generan tantas presiones en ellos, que no les queda otra alternativa que cumplirlos para seguir trabajando. Lo mismo ocurre en el segmento inmobiliario y en el financiero. En éste último, las circunstancias pueden ser peores aún, dado que quien trabaja en un banco o en un bróker no puede decirle a su cliente que la institución para la cual se desempeña no es la más segura, o que le conviene dirigirse a la competencia porque ésta le va a brindar mejor servicio, o porque es más barato o porque le va a pagar mejor tasa de interés. Esto es lo que comúnmente se conoce como conflicto de interés.
El conflicto de interés es la madre de todos los problemas en el mundo de las inversiones. Bernard Madoff pudo estafar al mundo porque los que supuestamente tenían que controlarlo y analizar donde invertía, donde custodiaba y otras cuestiones relativas, estaban cegados por las increíbles comisiones que recibían a cambio de llevarle clientes. Claramente, el que perdió una vez más fue el inversor.
Los inversores alrededor del mundo entienden cada vez más este juego y saben que para recibir un asesoramiento independiente y 100% objetivo no tienen otra alternativa que pagarlo. Pero aquí lo más relevante es que les termina saliendo mucho más barato. De ahí el auge en el mundo por contar con asesores Fee-Based que además sean 100% independientes, o sea que no representen a una institución financiera ni a un emisor de títulos y productos. Son los únicos que están en condiciones de decirle al cliente que «hay momentos y/o circunstancias en donde la mejor inversión es no hacer nada».
En los EE.UU., más del 50% de los inversores eligen a asesores independientes que trabajan Fee-based. Gran Bretaña estableció como obligatorio a partir del 1° de enero del 2013 que todos los asesores financieros deben trabajar con esta metodología. Todos los países europeos han resuelto hacer exactamente los mismo a partir del 1° de enero del 2016 (normativa Mifid II).
Fuente: apertura.com