Dólar, Letes, el Capitán Hielo y adiós al impuesto a la renta financiera
La sorpresa está de moda y el tironeado segundo semestre parece, en este mismo sentido, regalar indicios de generosidad. Tras la sanción de la nueva ley de blanqueo, parecen ir quedando en claro las nuevas condiciones que establecerá el régimen tributario para aquellos que quieran declarar su patrimonio al fisco. La duda que sigue vigente es cuántos de los que correrán el velo del anonimato patrimonial querrán repatriar esos activos. Sin embargo existe un punto más revelador en la nueva Ley: es el artículo que dará de baja el -mal llamado- «impuesto a la renta financiera».
El artículo 75 de la Ley que recibiera media sanción en el Senado la última semana sostiene que se deroga el sexto párrafo del artículo 90 de la ley 20.628 del impuesto a las Ganancias y sus modificaciones que, precisamente, hace referencia a este rubro.
Desde 2014, a partir del cambio del gravamen, las personas que transfieren sus acciones o las cuotas de sociedades que no cotizan en Bolsa, así como los que cobran dividendos, tienen que pagar un tributo por ambas operaciones.
En el caso de la distribución de dividendos, los integrantes de las sociedades comerciales que residen en el país deben abonar el 10%, que se calcula sobre las utilidades que recibieron de las empresas hasta septiembre.
La modificación de la ley afecta tanto a los dividendos y las utilidades distribuidas por las sociedades anónimas. Pero también a otras figuras jurídica como las sociedades en comandita por acciones o las de responsabilidad limitada.
Por otro lado, están alcanzadas las asociaciones civiles y las fundaciones, los fideicomisos constituidos en el país, los fondos comunes de inversión y los establecimientos comerciales, industriales, agropecuarios, o de cualquier otro tipo, siempre que se encuentren organizados en forma de empresa estable.
También aplica para aquellas que pertenecen a asociaciones, sociedades o empresas, constituidas en el extranjero o a personas físicas residentes en el exterior. Otro de los aspectos donde se aplica la ley, es vinculado con las transferencias de participaciones societarias las que, a partir de la Ley 26.893, finalmente quedan alcanzadas por Ganancias en los resultados provenientes de la enajenación de acciones, cuotas y participaciones sociales, obtenidas por personas físicas residentes y sucesiones indivisas, siempre que no coticen en bolsa. Además, quedan alcanzadas las operaciones de esta naturaleza que impliquen transferencias de acciones y de cuotasparte de SRL.
Al margen del blanqueo – del cual el Gobierno prepara una batería de anuncios, entre ellos, la directiva a bancos en el extranjero con cuentas de argentinos para que les comuniquen de la existencia del blanqueo y de los peligros que sobrevuelan desde 2017 para aquellos que hagan caso omiso a esas señales- el presidente Mauricio Macri parece albergar expectativa de cambio si bien las últimas declaraciones resultan más cautelosas.
El jefe del Ejecutivo afirmó que la segunda mitad del año será mejor que la primera. No obstante, aclaró que eso no significa que el país tenga «todos sus problemas resueltos en el segundo semestre». La persistencia de un alto nivel de inflación, con un ritmo anual cercano al 40%, y la retracción del consumo parecen un correlato escalofriante de la noticia recesiva que el Indec comunicó en la semana.
El dato que pocos parecen notar es que con el nuevo modelo económico, habrá sectores ganadores y perdedores, que verán defraudadas expectativas.
Quien por estas horas aportó para el debate fue Miguel Bein, economista y ex asesor del candidato Daniel Scioli al señalar que su plan era similar al que puso en marcha Macri, es decir, «pasar del crecimiento basado en el consumo al desarrollo basado en la inversión». También sostuvo que la agenda del Gobierno actual «me parece que es correcta, es la agenda que vos necesitás».
Sin embargo, las inconsistencias meteorológicas en materia de precipitaciones de inversiones y desarrollos elementales fueron resumidos por una frase del propio Macri al señalar que «todos los sectores de la exportación están funcionando mejor, aunque hay otros sectores que claramente no», poniendo en evidencia una consecuencia del esquema de precios relativos que instrumentó el Gobierno ni bien asumió y que traducido significa que si bien la recesión afecta a todos, la recuperación será patrimonio sólo de algunos sectores.
«Claramente en el segundo semestre vamos a mejorar, yo me comprometí a que habrá una baja drástica de la inflación y eso ya está sucediendo», señaló Macri, aunque prefirió, como es su costumbre, ordenarlo todo en base al almanaque: «para el último trimestre empezarán a visualizarse los resultados del aumento de inversión».
En cuanto a la inflación, el primer semestre parece haber dejado una herencia que le pone un piso alto en materia de incremento del sistema de precios. A un escenario con una inflación acumulada que supera el 20% para la primera mitad del año, la desaceleración de los precios llegaría ya en junio con una pauta del orden del 2% mensual (escenario optimista) cuyo desafío principal será que la evolución del tipo de cambio no vuelva a impulsarla.
Si bien la divisa estadounidense parece haberse acomodado a una nueva brecha cambiaria, hay quienes anticipan que desde hoy, y con los nuevos topes de los que dispondrán los bancos para acumular activos en dólares, el BCRA se asegura un piso para las épocas de mayor ingreso de divisas.
Un capítulo aún más complejo es el que encabeza el ministro Aranguren, a quien algunos se animan a llamar el «Capitán Hielo», ya que las nuevas boletas del gas que comenzaron a llegar parecen tener en efecto gélido en materia de consumo y calefacción.
Ese efecto no impidió que en los últimos días el tipo de cambio avanzara hasta niveles de $ 15,50, si bien parece generar disyuntivas en la City. Una de ellas es la que propone la abdicación del reinado de la Lebac por otro monarca, la «Lete» en dólares. Es que las Lebac parecen asumir un camino descendente (ya están en 30%) mientras que las letras que emite el Tesoro han generado público a su paso a base de preferencias de los que buscan la protección del dólar y algunos puntos de tasa.
En rigor, los u$s 3.000 millones hasta ahora colocados reflejan la lectura que hacen algunos inversores sobre la mayor tasa que pagan las Letes (casi 4% anual) respecto del 1% del plazo fijo.
Fuente: Cronista.com