Pymes celebran tope a tarifas y ley sectorial, pero piden reactivar consumo
Las firmas del sector consideran que son «paliativos» en medio del actual contexto de fuerte caída de la actividad. También inquieta suba de importaciones.
Aunque la Justicia lo mantiene frenado, el tope de 500% de aumento fijado para las tarifas de gas que pagan los comercios y las pymes es apenas un paliativo en un contexto de fuerte caída del consumo interno y las exportaciones.
En tanto, la Ley Pyme sancionada la semana pasada por el Congreso mejora en parte la ecuación porque compensa estos mayores costos con mejoras tributarias, pero la gran preocupación de las empresas es la actividad económica.
«Más allá de anuncios como el tope tarifario o la Ley Pyme, lo fundamental es reactivar el mercado interno, que es de lo que vivimos las pequeñas y medianas empresas. Y eso se logra incentivando la demanda, no enfriando la economía como herramienta para bajar la inflación», afirmó el presidente de la Cámara Industrial de las Manufacturas de Cuero y Afines (CIMA), Ariel Aguilar.
El empresario reconoció la importancia de que el Gobierno se haya dado cuenta del fuerte impacto que tenían los aumentos de tarifas en las pymes, pero admitió que un 500% «igual es una suba muy importante».
El presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Jorge Di Fiori recientemente electo manifestó que «es absolutamente razonable haberle puesto un tope a la suba, ya que un ajuste brusco habría significado la caída de muchas pymes, ya afectadas por la caída de la actividad y la suba de los alquileres».
Di Fiori es de los que creen que el retraso en materia tarifaria es muy importante y que hay que ajustarlas, pero de forma gradual. «Es un esfuerzo grande en un momento difícil, ya que cualquier aumento pesa en un contexto recesivo, pero esto tiene que ver con un problema de fondo que es el costo argentino», afirmó el empresario.
Un cálculo realizado por la Fundación Observatorio Pyme revela que el impacto del alza tarifario es diferente en cada sector, pero si en promedio la energía pesa entre 5 y 6 puntos en la estructura de costos, si se aplica un 500% de incremento esa participación va a ser de 15 puntos, «una incidencia exorbitante», sostuvo el director de la fundación, Vicente Donato, quien coincidió con el titular de la CAC en que hay que ajustar las tarifas, pero «al mismo tiempo reducir la carga fiscal para que no sea todo pérdida de rentabilidad en un momento difícil».
También opinó al respecto el titular de CGERA, Marcelo Fernández, quien sumó al análisis el hecho de que la suba de tarifas no sólo impacta en las pymes de forma directa, sino también indirectamente, porque «con los incrementos en la luz y el gas, los consumidores ven reducida su capacidad de compra y la situación se complica aún más».
Para Fernández, medidas como el reciente tope al aumento son apenas un «paliativo» para las pymes. «El principal problema es la baja generalizada del consumo, la profunda caída del mercado interno».
Muchos de estos sectores pymes que viven del mercado interno también se quejan del incremento en las importaciones, que complicó aún más su situación.
Por su parte, el presidente de la Cámara Argentina de Industrias Opticas y Afines (CADIOA), Norberto Fermani, enfatizó que el tope de 500% no es suficiente para cuidar el empleo. Recordó que desde principios de año las pymes sufrieron la devaluación (que se trasladó a los insumos), el 35% de aumento promedio en los salarios, la suba de las importaciones y ahora los aumentos de tarifas. «Es un cocktail explosivo», remarcó.
Vicente Lourenzo, de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME), dio un ejemplo claro de una empresa que más allá del tope, no puede pagar el aumento. Se trata de una firma fabricante de frascos de vidrio, que el 80% de su matriz productiva es el horno.
La última factura le había llegado por $ 120.000 y luego del aumento se le disparó a $ 600.000.
Para esta empresa, el aumento será ése, ya que representa menos del 500% de incremento establecido como tope. «El empresario no tiene $ 480.000, y menos todos los meses. Corre el riesgo de que le corten el gas y si eso ocurre, tiene que cerrar la empresa. O trasladarlo a precios, que se vuelve complicado para mantener la demanda», gráfico Lourenzo.
Fuente: Cronista.com