Se prevé una cosecha récord y la venta de silobolsas trepa 15%
Para esta temporada se espera una inversión de US$ 175 millones en estos productos.
La mayor cosecha de granos, que el sector privado prevé en 124,5 millones de toneladas, 12 millones de toneladas más que el ciclo pasado, y que el Gobierno por su parte calcula en 130 millones de toneladas, tendrá como correlato una mayor venta de silobolsas.
Se trata de los enormes bolsones blancos de plástico que en los últimos 15 años revolucionaron en el campo la forma de almacenar granos por su simpleza, menor costo y facilidad para el productor para decidir cómo comercializar mejor su producción según los precios. No sólo fue una solución de almacenaje, sino también de logística para productores y otros eslabones de la cadena comercial.
Según fuentes del mercado, el año pasado se vendieron, para almacenaje de granos y forrajes, 420.000 silobolsas.
Aunque no es tan sencillo definir cuántas específicamente quedaron para grano o forraje, se estima que guardaron para grano el equivalente a 60 millones de toneladas, un número récord. Una bolsa que se usa para grano almacena en promedio unas 200 toneladas. La bolsa más usada tiene 9 pies de diámetro por 60 metros de largo.
Para esta nueva campaña, 2016/2017, si el clima acompaña para que se pueda lograr la cosecha pronosticada, las previsiones del mercado es que en total se venderán unas 480.000 bolsas, siempre considerando los usos para granos y forraje. De esta manera, la venta crecería un 15% sobre el ciclo pasado. En plata, el productor pasaría de invertir un total de 150 a 175 millones de dólares.
Como los fabricantes de silobolsas estiman que la mayor parte de ese crecimiento se lo llevará el aumento de la cosecha, proyectan que en el nuevo ciclo podrían almacenarse con este sistema 70 millones de toneladas, cifra récord. Esta cifra incluye que una misma tonelada sea embolsada más de una vez en el circuito comercial.
El sistema de embolsado se desarrolló desde los años 70 en Estados Unidos y Europa con el fin de conservar forrajes para la alimentación animal. En la Argentina se lo adaptó, con una interacción público-privada mediante, para los granos. Y vino a suplir la escasez de almacenaje estático ante una creciente producción. En rigor, el almacenaje estático ronda los 60 millones de toneladas, claramente por debajo de las 124,5 millones de toneladas que espera el sector privado o los 130 millones de toneladas de granos que prevé el Gobierno.
Alberto Mendiondo, responsable de exportación de Ipesa, la principal empresa proveedora de estos enormes bolsones de plástico, con una participación del mercado por encima del 70%, destacó que el crecimiento del mercado se hará realidad si la cosecha es «normal».
Lo dice por las complicaciones climáticas que hubo en algunas regiones por la falta de agua, que hizo demorar la siembra y perder potencial de rendimiento. «Hay mucho por jugarse aún. Si todo es normal y la cosecha total sube un 15 a 20%, eso cristalizaría en el aumento de uso [de esta tecnología]», calculó. Mendiondo recordó que hubo zonas con problemas para la siembra precisamente por la falta de humedad en el suelo.
Más allá del atractivo mercado interno, las firmas del sector están apostando cada vez más fuerte en la exportación. Por caso, Ipesa estaría creciendo su venta al exterior de 80.000 a 100.000 bolsas.
El principal destino es Brasil, con un 40% de participación. En la última cosecha, 2015/2016, la producción de ese país se vio afectada y las ventas cayeron a un nivel de participación del 25%. No obstante, con la nueva cosecha, que se prevé récord en ese país, se espera que ese mercado se recupere para los silobolsas.
El segundo mercado es los Estados Unidos, con un 20% de participación, después continúa Uruguay, con un 10%. Australia, que tuvo un crecimiento en la producción, pasó a ser también un mercado atractivo. A todo esto, se están explorando nuevos destinos, como Filipinas. Allí, donde el productor promedio tiene una superficie de apenas 1,3 hectáreas, se están realizando ensayos con el gobierno local para el uso de la tecnología.
FUENTE: La Nación