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Resumen y Perspectivas

LO QUE PASÓ…

Llega a su fin la primera semana del segundo semestre de 2017. Mercados con mayoría de subas, pero leves y con selectividad. Fue una semana, además, particular donde básicamente la actividad se concentró en las últimas tres ruedas. Hubo varios datos económicos –un reporte de empleo mejor al esperado en USA sobresalió-, también se estuvo pendiente de las expectativas sobre la política monetaria con foco en la lectura de las minutas de la FED y el BCE, y como si fuera poco varios temas geopolíticos (Corea del Norte y la reunión del G-20).

Pero vayamos primero al mercado. En Europa, las principales bolsas finalizaron con subas de entre 0.5%-2%;  Londres, Francia, Alemania, Italia y España, puntualmente, subieron 0.5%, 0.5%, 0.5%, 2.1%  y 0.4% respectivamente. En tanto, en Wall Street, las subas fueron de entre 0.1% y0.3%; así el Dow Jones, el Nasdaq y el S&P500 cerraron el viernes en 21349, 6140 y 2433 puntos, en cada caso.  Un poco diferente, en cambio, fue el comportamiento del mercado asiático en donde hubo un mix. Específicamente, entre los de mayor peso, el Nikkei japonés cedió 0.5% y China logró  avanzó 0.8%.

También influyó la volatilidad del petróleo, y una nueva baja semanal. El WTI cerró nuevamente debajo de USD 45, en USD 44.2 por barril, con una caída de 4.2%. Esto en un escenario en donde a pesar la caída en los inventarios americanos (bajaron en 6,3 millones de barriles cuando los analistas esperaban un descenso de 2,3 millones), sigue pensando la incertidumbre con respecto a nuevos recortes dentro de la OPEP. De hecho, Rusia evidenció su postura de no aceptar nuevos ni mayores recortes a los ya acordados en la última reunión del cartel en Viena.

Pero más allá de las acciones en donde está claro que no podemos hablar de una tendencia firme y el petróleo, el movimiento de las tasas de interés y las monedas fueron nuevamente variable de atención para los inversores. En un marco en el que no se logran desvanecer las expectativas de un retiro de los estímulos más rápido, el rendimiento del bono americano a 10 años continuó su escalada y ascendió casi 8 puntos básicos hasta posicionarse en torno al 2.39% anual.  Por su parte, las tasas americanas a 2 y 30 años avanzaron 2 y 10 puntos básicos, ubicándose en 1.2% y 2.93%, respectivamente. De esta manera, la curva de rendimientos americana sigue empinándose, dejando atrás los temores de una curva aplanada y lo que significa para la economía.  Misma tendencia para las tasas europeas. De hecho, las mismas avanzaron entre 10-16 pb para ubicarse en 0.56%, 2.26%, 1.67% y 1.33% para los bonos de misma duration de Alemania, Italia, España y Gran Bretaña. Todas las tasas terminaron por encima de su promedio semanal.

Bajo esta coyuntura, el dólar se fortaleció contra las principales monedas. El Dollar Index –DXY- se fortaleció 0.4%, y cerró en 96 la semana. Tanto el euro como la libra se depreciaron 0.2% y 1% para cotizar en 1.14 y 1.29, respectivamente; a la vez, que el yen japonés tocó un mínimo de 7 semanas frente al dólar y finalizó en 113.9, a razón del reinició de compra de bonos por parte del BOJ.

De hecho, es en este escenario, es en el que debe analizarse algunos de los drivers más relevantes de la semana que vinieron desde USA. Entre ellos, el reporte de empleo que llegó el viernes, y que fue mejor al esperado (tras la decepción del ADP privado el jueves). Las nóminas no agrícolas anotaron un incremento de 222 mil nuevos empleos frente a las 178 mil esperadas y un número anterior de 152 mil (cifra revisada al alza desde 138 mil). Por su parte, el cambio en las planillas privadas fue de 187 mil, por encima de las 170 mil esperadas y también de las 159 mil del mes de mayo (valor también revisado al alza desde 147 mil). Otro dato de relevancia, se concentró en la tasa de desempleo que marcó 4.4%, por encima del 4.3% del mes pasado, pero explicado seguramente gracias al aumento de la participación laboral que saltó de 62.7% a 62.8%.

No obstante, las mayores dudas se mantienen sobre la inflación, ante la lectura de la evolución de las ganancias por hora. Los salarios necesitan moverse hacia arriba para alimentar la inflación general. Es claro que los estadounidenses tienen puestos de trabajo, pero la falta de crecimiento de los salarios también apunta a problemas para el gasto del consumidor, donde la suavidad continuada podría dejar más espacio para la duda en cuanto al crecimiento económico proyectado. En concreto, el salario por hora registró un crecimiento interanual de los salarios que se ubicó en 2.5%, contra el 2,6% que estimaba el mercado.

También, por su parte, llegaron –esperadas- las minutas de la FED. Volvieron a apuntar a un posible comienzo de la reducción de la hoja de balance de unos USD 4.5 billones, y se siguió apuntando a la positiva evolución de la economía. En cuanto a la inflación, se atribuye su debilidad a factores transitorios, y se confía alcanzará a mediano plazo el objetivo del 2% que persigue la entidad. No obstante, es real que el informe dejó al descubierto cierta división entre los miembros respecto a los posibles movimientos esperados. Mientras algunos gobernadores creen que el mercado está suficientemente preparado, otros consideran que es mejor esperar hasta contar con garantías de que la inflación va camino de alcanzar el objetivo previsto para ajustar más la política monetaria.

Pero las minutas de la FED, no fue la única señal que se leyó desde lo monetario. Otro dato pasó por las minutas del BCE, luego de que la semana anterior algunos funcionarios sostuvieran que el mercado mal interpreto las palabras de Draghi sobre la posibilidad de un retiro de los estímulos. ¿Qué dijo el informe? Entre lo destacado, se mencionó que era necesario mantener la prudencia en la comunicación, ya que la inflación subyacente seguía siendo moderada y un estímulo sustancial de la política monetaria era necesario para apoyar la recuperación en curso de la zona del euro.  De hecho, en cuanto a la comunicación y las malas interpretaciones, sostuvo que «esto podría desencadenar movimientos injustificados en las condiciones financieras, lo que podría poner en riesgo las perspectivas de un ajuste sostenido de la inflación».

Incluso acá podemos mencionar señales de otros Bancos Centrales. Entre ellos, del Banco Central de Inglaterra que tras la última reunión, también dejó señales contrapuestas respecto a cuán probable es que el BOE aumente las tasas; y el de Japón que salió el viernes a aumentar sus compras de bonos en operaciones de mercado abierto para volver a poner los rendimientos cerca de su objetivo.

Ahora bien, no sólo hubo señales monetarias, en la semana. En lo geopolítico, algo ya mencionado, se sumaron nuevos ruidos con Corea del Norte –cuando ocurrió la undécima prueba balística en el año, y expertos americanos confirmaron, que el último misil fue de carácter intercontinental-  y los preparativos para la reunión del G-20 de entre viernes y sábado pasado. En donde gran parte de los análisis apuntaron a reuniones bilaterales, como la de Trump con Putin. Recordemos que esto se da en un  escenario donde los lazos entre los dos países se han vuelto cada vez más intensos gracias a la investigación por el Russia Gate, y diferencias sobre las cuestiones de Siria y Corea del Norte. No obstante, el clima se dijo fue positivo y según ambos mandatarios la reunión fue “constructiva”.

En tanto, que otro dato en el contexto de esta reunión, los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker  firmaron en Bruselas un principio de acuerdo con el primer ministro japonés, Shinzo Abe. En lo puntual, es un pacto político sobre el tratado de libre comercio tras cuatro años de negociaciones. Lanzando así, un mensaje contra el proteccionismo y a favor de libre comercio, en un claro mensaje al presidente norteamericano. Entre los puntos más destacados encontramos la disminución o eliminación de varios aranceles a las exportaciones de vinos, quesos, cerdo, carne vacuna, entre otros. Además, plantea una apertura programada para algunos sectores sensibles en la Unión Europea como es el caso del sector automotriz. Se estima que el tratado aumente las exportaciones del bloque europeo en 20 mil millones de euros.

En cuanto a la agenda económica, por último y saliendo del empleo americano, se conocieron datos de actividad. En Europa, el PMI manufacturero finalizo en junio en 57.4, 0.4 puntos arriba de mayo; el mejor resultado en 74 meses en una coyuntura que la producción manufacturera y órdenes avanzaron a las tasas más rápidas desde la mitad del 2011. A la vez, que el PMI del sector servicios sigue en máximos (55,4) pero por debajo de previsiones (54,7) y el dato final de mayo (56,3). En tanto que, el Índice compuesto final de actividad total de la zona euro, se quedó en 56,3 puntos, por encima de las previsiones  y debajo de mayo. Mientras que el Índice de Precios al productor europeo anotó una expansión interanual del 3.3% en mayo, frente al 3.5% estimado, y también muy por debajo del 4.3% registrado en abril.

Si vemos el americano, el PMI Manufacturero se ubicó en 52, un número debajo del esperado por el consenso del mercado y del mes previo. Diferente fue el PMI de Servicios, que subió a 54.2 puntos,  por arriba sí del proyectado y del 53.6 de mayo.

Yendo a Asia, indicadores de China y Japón. Por un lado, la actividad manufacturera en China volvió a crecer en junio y al ritmo más rápido en tres meses, tras haberse contraído inesperadamente en mayo, ya que los nuevos pedidos y la producción subieron, lo que apunta a una modesta recuperación. Puntualmente, el índice Caixin mostró una expansión al anotar 50.4, por encima del 49.8 esperado. No obstante, el dato más relevante fue la expansión de las reservas de divisas de China que subieron en junio por quinto mes consecutivo, en línea con las expectativas del mercado alcanzando los USD 3.056 billones.

Por otro lado, el índice Tankan  del segundo trimestre para los grandes fabricantes aumentó de 12 en el primer trimestre a 17. Para los fabricantes de tamaño mediano, la lectura aumentó de 11 a 12 y de 5 a 7 para los pequeños fabricantes. Agregando a los fabricantes de todos los tamaños, el índice subió de 8 a 11, en un marco donde el sentimiento empresarial en el sector no manufacturero también se fortaleció.

Pasando al escenario local, los activos financieros tuvieron una semana particular, en donde la volatilidad fue una de las características. El Merval,  cerró con un avance de 0.7% (básicamente explicada por el comportamiento de las primeras ruedas de la semana), cerrando en 22.059 puntos. Dentro del panel líder las mayores subas las encabezaron TECO2 –ver más abajo-, TGNO, ALUA y TRAN con verdes de 12.3%, 7.7%, 7% y 4.4%, en ese orden. Por el lado de las bajas, las más significativas fueron para DGCU, AGRO, PETR y JMIN, que finalizaron con rojos de 8.7%, 7.3%, 5.3% y 4.8%, respectivamente. El volumen operado alcanzó los $440 millones promedio diario, por encima del monto de la semana previa que sumó unos $395 millones promedio.

Entre las noticias corporativas, y a la ampliación de capital que está llevando a cabo el banco Supervielle y Banco Francés, se destaca la fusión entre Telecom y Cablevisión -que había sido anunciada cerrando el fin de semana anterior, pero con impacto en las cotizaciones y en los negocios tanto de TECO como de GCLA en la semana-. Ver Alerta: Fusión Telecom- Cablevisión del 10-07-17.

Analizando la renta fija, los bonos emitidos en dólares presentaron mayoría de bajas de entre 1%-2%, en particular en la parte larga de la curva de rendimientos, en un escenario donde impacto negativamente la suba en las tasas largas americanas –en un contexto donde la atención se mantiene sobre el comportamiento de las políticas monetarias ultralaxas-. Misma tendencia para  los emitidos en pesos a tasa fija y variable, que  cerraron con mayoría de bajas en la semana, donde fue dato la presión alcista sobre el dólar. En cambio, se destacaron los ajustables por CER con subas prácticamente generalizadas de hasta 2.6% (para el PARP), bajo un escenario en donde las proyecciones sostienen una aceleración en los precios en julio.

No obstante, no hay dudas que la atención se la llevó el dólar, con una fuerte aceleración en su suba entre lunes y miércoles, y recién mayor tranquilidad jueves y viernes.  Igual esto no evitó que, en la semana, el minorista termine con un avance de  41 centavos  a $17.29; y el  mayorista con un alza de unos 35 centavos en $17. Si vamos al mercado del Rofex, bajo la misma tendencia, las posiciones a julio, septiembre y diciembre se colocaron en $17.26 (+44 cts.), $17.82 (+47 cts.) y $18.60 (+48cts.) significando tasas de devaluación implícita del orden del 28.9%, 23.2% y 20.8%, en ese mismo orden. Estas mismas tasas, por arriba de la semana previa, del  19.9%, 20.1% y 19.4%, respectivamente. Los factores resaltados en el mercado cambiario fueron el político –quizás adelantando en el tiempo, pero previsible- y cuestiones de oferta y demanda.

Por qué no acá hablar del Relevamiento de Expectativas del BCRA publicado en la semana como referencia. Se esperaba una revisión al alza de las proyecciones para el TC nominal a futuro, aunque terminaron siendo bastante reducidas. De hecho, a diciembre, el REM proyecta una mediana de $ 17.8, sólo muy levemente arriba del $ 17.7 de hace un mes atrás; mientras que a 12 meses, el TC esperado se ubica en $ 18.8.

Sin irnos de tema, en tanto, también ocupan un lugar destacado las estimaciones de inflación y tasas volcadas en el mismo informe. Por un lado,  no se observaron grandes cambios en la suba de precios proyectada para el segundo semestre, con una inflación mensual que hasta diciembre se mantendría entre 1.3-1.5%. Mientras que, si hubo cambios en las tasas de interés esperadas de corto plazo. Para julio se habla de una mediana en 25.5%, cuando hace un mes era de 25%. Igual lo que no se modificó es la visión a más largo plazo, y de hecho, a diciembre la expectativa se mantiene en un rendimiento de 22%. Por último, el crecimiento esperado del PBI para este año subió mínimamente a 2.7%, mientras que   2018 y 2019 se mantienen en 3% y 3.2% respectivamente.

En lo económico, fueron datos los ingresos tributarios. Estos crecieron en junio a $ 226.592,7 millones, lo que representa un incremento de 29,8% interanual. Lo que según el Iaraf da un crecimiento real del 5.2%. En el primer semestre del año, la recaudación alcanzó los $ 1216.527 millones, por lo que creció un 30,7% nominal, y mostró un avance en poder de compra del 1,7%. No obstante, esto está claramente influido por el proceso del sinceramiento fiscal. Sin este último concepto el crecimiento acumulado hubiera resultado del 26,7% en términos corrientes, y una caída en términos reales del 1,5%, según nuevamente datos del Iaraf.

Mientras que, por fuera de esto, se resaltaron algunos buenos datos desde el sector inmobiliario y venta de autos como de motos. Lo que sigue generando algunas dudas son los indicadores relacionados al consumo.

Por último, no hay sorpresa, lo político que a poco más de un mes de las PASO siguió (y seguirá) dominando gran parte de las noticias. En este punto, la semana pasada comenzó con la lectura de una encuesta de la consultora Management & Fit sobre las elecciones. La misma apuntó a que Esteban Bullrich tiene un 28,5% de intención de voto y Cristina 27,8%, con Massa cerca en 24,1%.  Bastante atrás Randazzo con el 5,4%. Los indecisos –se remarca, extrañamente pocos- conforman el 3,7% pero podrían inclinar la balanza. Si la pregunta se limita a la boleta de diputados por la Provincia de Buenos Aires, el oficialismo doblaría en ventaja al frente kirchnerista, según el estudio de opinión. A Graciela Ocaña la elegirían el 29,8% de los votos y a Fernanda Vallejos, la economista de Unidad Ciudadana, el 15,9%.  Por otro lado, se conocieron otras dos sobre Capital. No obstante, acá no hay sorpresa posible en principio (ni se esperaba). Ambas apuntaron a un cómodo triunfo del oficialismo, con Carrió al frente de la lista, muy lejos de Filmus y Lousteau, y ni hablar de Tombolini.

LO QUE VENDRÁ…

El fin de semana lógicamente nos dejó, y si comenzamos por lo externo, numerosos análisis sobre lo que en la reunión del G-20. Fue dato así la consolidación al parecer del liderazgo de Alemania dentro de la economía global (dado que USA, con Trump, no lo quiere), en un marco en donde la mayoría de los representantes se  comprometieron a luchar en contra del proteccionismo y afianzar la lucha contra el cambio climático. También dejó un acuerdo de libre comercio entre Japón y la Unión Europea, que busca entre otras cosas aplacar políticamente los efectos del venidero Brexit. A la vez, que concentró la atención varias reuniones bilaterales, como la de Trump con Putin.

No obstante, hoy esto ya es dato y el impacto sobre las cotizaciones se entiende hoy limitado. Diferente en cambio, y lo que sí entendemos seguirá determinando gran parte de los movimientos (o al menos, de seguro la volatilidad) de los precios sean de las acciones como de los bonos, son las señales que se den -o en su defecto, no se den- desde la política monetaria.

Los mercados seguirán entendemos así muy condicionados por el accionar de los Bancos Centrales. No porque se esperen ya nuevas medidas, pero sí se estará sobre el lenguaje que se utilice para proyectar los movimientos a futuro.

Y es acá, donde no hay dudas, que uno de los datos más relevantes de la semana (y más allá que la agenda marca diferentes posibles apariciones de funcionarios de la Fed) se centrará en el testimonio público de Yellen frente al Congreso americano. Se presentará el miércoles ante el Panel del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, y al día siguiente presentando testimonio en la Comisión de Banca del Senado.

Se espera mantenga una visión positiva sobre la economía, convalidando en consecuencia la posibilidad de seguir ajustando las tasas al menos una vez más este año (el mercado aumenta la probabilidad de que esta sea en diciembre), y el comienzo de la reducción de su hoja de balance. Lo que no podrá evitar la presidenta del organismo son las preguntas sobre la perspectiva de la inflación, que son claves también para las proyecciones económicas y monetarias. Esto dentro de una agenda económica, sin ir más lejos, que tendrá esta semana  el IPC, el indicador de confianza del consumidor y ventas minoristas –datos relevantes para despejar o sumar más dudas a la evolución del consumo-.  Incluso, por último u como si fuera poco, el Beige Book.

Insistimos, en esta coyuntura, que la comunicación y el lenguaje que se utilice será clave para los mercados. Incluso saliendo de USA, debemos sumar en este sentido cierta atención a otros Bancos Centrales en la semana. Hablarán también varios miembros del BCE que muy posiblemente apoyen los últimos comentarios de Draghi (que mal interpretados o no), parecen anticipar un lenguaje más duro y, por ende, una política monetaria más ortodoxa en un marco donde la economía europea está bien. Y si nos vamos, un poco más, se esperan también en esta coyuntura en donde los Bancos Centrales están en la mira algunas señales desde Canadá que podría aumentar su tasa de referencia.

Pero sin irnos mucho de la agenda, y si vamos a lo estrictamente económico, no solo USA aportará datos. Se espera desde la zona del euro, producción industrial por ejemplo; y desde Asia, varios indicadores de China -destacado el IPC- y en Japón los datos de pedidos de máquinas que pueden considerarse como un indicador del gasto de capital, y los precios al productor para junio.

Ahora bien, es importante destacar que saliendo de los Bancos Centrales o lo económico, los mercados deberán comenzar a sumar por unas semanas otro drivers que es una nueva temporada de resultados. La del II trimestre que deberá convalidar o no los máximos alcanzados en varias acciones, y por otro lado entendemos serán claves (junto con la guía que den sobre las ganancias esperadas) para determinar el comportamiento del segundo semestre del año.

Puntualmente, dando inició a una temporada importante, llegarán ya sobre la segunda parte de la semana los reportes  de algunos bancos como el JP Morgan, Citigroup y Wells Fargo; sumándose al inicio de la semana próxima los reportes de Goldman Sachs y Bank of América. Donde se esperan ver los efectos del incremento gradual de las tasas que viene realizando la Reserva Federal, desde mediados de marzo de este año.

Bajo esta coyuntura, y a modo de resumen, creemos que los principales índices accionarios se mantendrán en esta etapa de consolidación de los niveles alcanzados –algo que veníamos anticipando desde unas semanas, y que el resultado parece convalidar-. No vemos en este marco grandes subas adicionales, al menos que los resultados que comiencen a llegar sean realmente muy positivos y por arriba de lo esperado (que de por sí, vale destacar, es bueno). Por su parte, creemos que los bonos podrán encontrar cierta estabilización de corto, aunque acá será clave lo que digan (o en su defecto, se interprete) desde los Bancos Centrales. Lo que eso no evitará que los inversores, entendemos, deban aprender a moverse dentro de un marco de volatilidad más alta.

En lo local, comenzamos  la semana, luego de un sábado y domingo donde la atención se dividió entre lo político (lógico), los análisis sobre el dólar y su comportamiento (con el posible impacto en la inflación, y la política del BCRA), el endeudamiento (una vez más), y la reforma tributaria que vendría después de las elecciones en lo económico. Pero siendo sinceros todos temas que lejos están de agotarse en el fin de semana, sino que seguirán formando parte del día a día con posible mayor o menor impacto en los precios de los activos financieros.

El dólar  y su volatilidad, de hecho, se entiende formarán parte de la coyuntura a tener en cuenta en las próximas semanas. No obstante, esperamos que la aparición de oferta –generada o no por el accionar oficial- debería frenar el ritmo de devaluación de corto plazo, en un marco en donde el techo al menos para las próximas ruedas lo alcanzó la semana pasado en la zona de $ 17.5.

Igual insistimos con que las causas de esta aceleración está más explicada por factores estacionales (o transitorios) que permanentes. Un dato no menor que igualmente sirvió para corregir el atraso cambiario que se coincidía existía, pero dentro de un marco que sigue apuntando a un dólar no muy arriba de $ 18 a fin de año.  Ver nuestra nota en LA NACION en http://www.lanacion.com.ar/2040749-pesos-o-dolares-que-conviene-tras-la-devaluacion y el Informe de Renta Fija del 06-07-17

En cuanto a la agenda financiera, dos fechas se destacan. La primera es una nueva licitación de LETES que tendrá lugar entre martes y miércoles. Dos series se colocaran: 1.- LETE 273 días (13-abril-18) por VN USD 500 millones. El precio de suscripción será de USD 978,48 por cada USD 1.000 de valor nominal, lo cual representa una tasa nominal anual de 2,94%; y 2.- LETE a un plazo de 455 días (12-octubre-18) por VN USD 250 millones. Precio de suscripción de USD 960,95 y tasa del 3.26% anual.

La suscripción de todos los instrumentos podrá realizarse tanto en Pesos como en Dólares Estadounidenses. El tipo de cambio para la suscripción será el correspondiente a la Comunicación “A” 3500 del día martes 11 de julio de 2017. Seguirán teniendo prioridad en la adjudicación las órdenes menores a USD 50000 millones.

Por otra parte, el martes habrá una nueva reunión de Política Monetaria, donde la atención –lógico- estará sobre la decisión de la tasa de interés de referencia. Hoy, en el 26.25 % anual. En principio la aceleración en la suba de los precios proyectada para julio ante algunos aumentos autorizados por el Gobierno, e incluso el posible efecto de la devaluación del TC, entendemos podrá llevar a ser cauto al BCRA. Si bien hace semanas podría esperarse que el organismo comience con un proceso gradual de ajuste a la baja, los últimos hechos podrían llevar a postergar esta decisión al menos hasta la próxima reunión cuando se cuente con datos más concretos sobre la evolución de los precios (objetivo que se fijó el Central). Esto último es incluso convalido por las últimas proyecciones del REM.  Las expectativas para la tasa de referencia en julio  subieron 0,5 p.p. comparado con las estimadas en mayo, ubicándose en 25,50% -siendo la quinta revisión consecutiva al alza-. No obstante esto no modificó la visión más de largo, ya que la tasa esperada para a fines de diciembre se mantiene en un 22%.

Tampoco parece ser ilógico apuntar a un mantenimiento de los rendimientos de corto, si uno analiza los movimientos al alza en el mercado secundario de letras producto de la intervención del BCRA. Las tasas acá de corto se ubican por arriba de las de la última colocación de la entidad, anticipando en parte también lo que podemos esperar la semana que viene cuando deba renovar un fuerte porcentaje de su stock, y creemos que intentará evitar por ahora mostrar una flexibilización en su política monetaria. Poniendo una vez más los precios como excusa.

Es más, esto nos debe llevar directamente a hablar de la inflación de junio, en principio. Esta se conocerá el martes antes, o en realidad en sintonía, a la reunión de Política Monetaria. Como mencionamos en nuestro reporte de renta fija, las estimaciones ubican el dato entre 1.5-1.6%, similar al de mayo. Recordemos además que a partir de ahora el BCRA va a utilizar el IPC Nacional como referencia, sustituyendo al IPC-GBA que usaba hasta ahora.

Adicionalmente, estará la divulgación de las cifras de costos de la construcción y la evolución de los precios mayoristas pautada para el día jueves. Cuando el INDEC informará la evolución  de los índices que el mes anterior mostraron un avance del 0,9% intermensual y 15,3% interanual en los precios mayoristas.  Mientras que el costo de la construcción se espera suba 1,3% mes a mes y 24,3% en los últimos doce meses.

Por  último, un poco de bonos y acciones. Creemos que los primeros seguirán siendo sensibles a los movimientos de las tasas largas americanas y al dólar en lo local, por lo que no descartamos nuevos ajustes a la baja, aunque no fuertes. Los rendimientos atractivos de la deuda se mantienen como dato para mantenerlos en cartera.

La mayor volatilidad posible también será característica del mercado de renta variable. Algo que no nos debería sorprender dentro del actual marco. La selectividad incluso podrá seguir profundizándose de la mano de noticias corporativas, aunque aún falta para una nueva presentación de resultados que sirva para poner en mejor perspectivas las valuaciones.

Técnicamente, si miramos el Merval hablamos de un comportamiento que podría ser compatible con varios escenarios posibles de trading: dos de ellos dejaban lugar a nuevos máximos directos o luego de un accionar de trading range. En este sentido, el upside de esta semana de julio se ha limitado a la barrera de doble techo en 22605 puntos, con soportes de trading que se ubican en el mínimo de 21845 del pasado viernes o en la MA40 21730 puntos, siendo solo quiebres directos de estas instancias lo que lleve a observar 21530-21300 como soportes inferiores de un trading range lateral para las siguientes semanas.  Las trayectorias de cotización de las acciones líderes apoyaban un view de rebotes de trading y lateralización en las siguientes semanas, compatible con un ajuste menor. Esto igual siempre dentro de un view optimista de mediano plazo.

Ahora sí, para terminar algo político. Es claro que este será un driver más –y de los más importantes- para las cotizaciones de mercado al menos hasta octubre. Las encuestas serán parte de los análisis para proyectar qué esperar después de allí. La semana pasada se destacó una de Poliarquía  -con cierto ruido en el mercado- que hablaba de un empate técnico prácticamente en la provincia entre Cambiemos y la ex presidenta. Este fin de semana, nos dejó otra de Poliarquía pero esta vez enfocada en los resultados nacionales, y cómo podría quedar el oficialismo dentro del Congreso. La conclusión a la que apunta este análisis es a más presencia de Cambiemos, mayor fragmentación en el peronismo y la necesidad ineludible de buscar y lograr acuerdos para sancionar leyes. Se destaca que este año se renovará la mitad de la Cámara baja (129 diputados) y un tercio de la Cámara alta (24 senadores) de ocho provincias: Buenos Aires, San Luis, San Juan, La Rioja, Jujuy, Misiones, Formosa y Santa Cruz. La primera conclusión de Poliarquía es que Cambiemos sería el interbloque que sumaría más bancas. En Diputados conseguiría una docena de nuevos escaños, por los que quedaría con un bloque de 99. Pese al crecimiento, Cambiemos no tendría quórum propio en Diputados. En rigor, ningún bloque se quedaría con ese trofeo por lo que, como ocurrió hasta ahora, los acuerdos entre bloques seguirían siendo indispensables para conseguir que se sancionen leyes. También en el Senado, Cambiemos crecería más que el resto de las fuerzas. El interbloque pone en juego tres de sus 15 bancas y podría reunir 23 en el nuevo Congreso. En el Senado, la mayoría seguiría en manos del peronismo, aunque la pérdida de bancas y el probable desembarco de Cristina Kirchner, que generaría más fragmentación, dejarían al PJ sin el quórum propio que hoy maneja.

Fuente: Portfolio personal