Es oficial: el steel frame pasó a ser “construcción tradicional”
La resolución que lo equipara con los sistemas basados en “ladrillos” ya fue firmada por el secretario de Vivienda y Hábitat, Domingo Amaya, y verá la luz en el Boletín Oficial entre mañana y pasado.
Había ansiedad y expectativa. Tardó pero llegó. El secretario de Vivienda y Hábitat, Domingo Amaya, firmó finalmente la resolución por la cual se califica al sistema constructivo “steel frame” o “en seco” como “tradicional”. El cambio de estatus, que impactará en los planes de vivienda social, pero que también era esperado por los desarrolladores privados, hará que el sistema no necesite más contar con el Certificado de Aptitud Técnica (CAT) que extiende la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda a todo sistema constructivo que sea considerado ‘no tradicional‘ por dicho organismo y que pretenda ser utilizado para participar de una licitación, es decir un emprendimiento con fondos estatales.
“Establécese el Sistema de Construcción con Estructura de Perfiles Conformados en Frío de Chapa Cincada para uso de estructuras portantes de edificios como sistema constructivo ‘Tradicional’ , dice el artículo primero de la resolución que firmó Amaya y a la que tuvo acceso El Cronista. El artículo segundo agrega: “Establecese que todos aquellos entes ejecutores que promuevan proyectos de soluciones habitacionales podrán realizar pliegos de especificaciones técnicas particulares, licitar, supervisar y presentar proyectos bajo el Sistema de Construcción con Estructura de Perfiles Conformados en Frio de Chapa Cincada para uso de estructuras portantes de edificios como sistema constructivo “Tradicional”, sin solicitar un Certificado de Aptitud Técnica (CAT)”.
Entre los fundamentos de la decisión la norma explica, en sus considerandos, que “el Sistema de Construcción con Estructura de Perfiles Conformados en Frio de Chapa Cincada para uso de estructuras portantes de edificios es un sistema constructivo “No Tradicional” de alta tecnología, que permite realizar construcciones durables, sustentables, rápidas y compatibles con otros sistemas constructivos existentes”. Y que “en línea de lo expuesto y habiendo pasado más de una década de vigencia de lo establecido en la Resolución SVOA N.° 288 del 17 de septiembre de 1990, se hizo imperiosa la revisión de dicha reglamentación a fin de contemplar los avances constructivos y tecnológicos que actualmente contribuirán a disminuir el gasto de las familias y mejorar su calidad de vida”.
El steel frame o steel framing es un sistema de construcción que se basa en estructuras metálicas, de acero galvanizado, donde las paredes se conforman con diversas capas de materiales, como lana de vidrio, poliestireno expandido (telgopor), yeso, entre otros. No usa ladrillos y su condición “en seco” lo independiza relativamente de los tiempos de secado de las obras tradicionales y de los vaivenes del clima para avanzar en la construcción.
Una casa módica con este sistema puede ponerse en pie hasta en 45 días, mientras que la mayoría de los contratos “llave en mano” para viviendas con más desarrollo se estipulan en seis meses. El sistema no usa ladrillos y su condición “en seco” lo independiza relativamente de los tiempos de secado de las obras tradicionales.
Los constructores que lo usan destacan, además, su eficiencia en el uso de los materiales, donde hay poco derroche y no se debe lidiar casi con los benditos escombros. Por eso se trata de obras “limpias”. Las frutillas del postre son el carácter aislante de los materiales, que preservan el calor o el frío según la necesidad, a niveles que ningún ladrillo u otro material alcanza y que le extienden el certificado de defunción a la humedad, el karma de cualquier construcción tradicional.
“Esta medida responde a uno de los objetivos más importantes que nos planteamos desde el inicio de nuestra gestión: la promoción de nuevos sistemas constructivos sustentables y de mayor productividad, que permitan multiplicar las soluciones habitacionales para lograr la reducción del déficit habitacional a la vez que promueve el desarrollo económico a nivel regional”, fundamentó el subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, Ivan Kerr, ante El Cronista. Y agregó: “La incorporación de estos nuevos sistemas constructivos aumenta la productividad bajando los tiempos de ejecución, permitiendo dar una respuesta con mayor rapidez y generando más empleo‘.
Amaya también firmó la resolución que declara al Sistema de Construcción Entramado de Madera como “Tradicional”, respecto de la cual Kerr explicó que es “uno de los compromisos que asumimos en el marco del ‘Acuerdo para la Promoción de la Construcción con Madera‘, suscripto en septiembre de 2017”. El funcionario agregó que “la norma agiliza el proceso de presentación de proyectos y la licitación y supervisión de este tipo de obras, promoviendo la construcción de viviendas con madera en todo el país con el triple objetivo de reactivar los sectores maderero y de la construcción, impulsar la sustentabilidad y el ahorro energético y reducir fuertemente el déficit habitacional existente”.
Las implicancias de las resoluciones que equiparan el steel frame y la construcción en madera con los sistemas basados en ladrillos trascienden el tema de la obra pública y el desarrollo de viviendas sociales.
En el sector privado también esperaban estas decisiones desde hacía bastante tiempo. El Incose (Instituto de la Construcción en Seco) llevaba años empujando para desembarazar a la construcción en seco de los CAT. “Es que los parámetros fijos que proponen los Certificados de Aptitud Técnica no se condicen con la versatilidad y apertura que tiene el sistema en seco en cuanto a la posibilidad de conseguir sus materiales en cualquier punto del país. Sólo basta un proyecto, un cálculo estructural, y la supervisión de un profesional idóneo, como sucede con la obra húmeda”, explicó a El Cronista María Gabriela Malagraba, coordinadora de la entidad, cuando en diciembre este sitio anticipó la firma de las resoluciones.
También desde el sector privado, Flavio Mazzotta, director de la empresa Constructora SolidFrame y capacitador anticipó que con el cambio “se acortarán enormemente los tiempos burocráticos para la gestión de créditos hipotecarios, principalmente en las entidades públicas”.
Mazzota introdujo el tema de cómo impactaban las trabas del estatus “no tradicional” del sistema en el interior: “Cuando salgo a capacitar, los profesionales insisten que, al tratarse de steel, las filiales de los bancos en las provincias deben remitir toda la documentación a Buenos Aires para su análisis. Y luego esperar que vuelva. Siempre me dicen lo mismo: si un crédito tarda en Buenos Aires, imagínese en el interior, donde la documentación tiene que ir y volver”.
Precisamente, la noticia fue bien recibida en el interior. Horacio Parga es director de Grupo Edisur, una empresa cordobesa del sector desarrollista que hace más de 15 años que actúa en el mercado. La firma viene de invertir u$s 2.100.000 en montar Steelplex, a la que presentan como “la primera fábrica de casas del país con el sistema Steel Frame”. Parga explicó que el cambio de estatus “era un elemento necesario tanto para nosotros como para los bancos, para abrir la posibilidad a los créditos hipotecarios”.
“Estamos trabajando desde hace unos meses en la construcción de más de 360 casas y locales comerciales. Y, lo que es muy importante, estamos con proyectos a gran escala para financiar a través de crédito hipotecario”, agregó Parga.
¿Es más barata la construcción en seco que la tradicional? La respuesta de Mazzota se podría presentar así: no necesariamente, pero sí.
“El sistema en seco demanda mucho menos mano de obra pero más calificada. La clave, aunque se puedan encontrar empresas de uno u otro sistema que expongan el mismo valor para el metro cuadrado, es que lo que se ahorra en mano de obra se aplica en la calidad de los materiales, que es lo que le queda al cliente”.
Parga, por su lado, no duda en sostener que “una de las ventajas que tiene el sistema es el precio, ya que en costos directos es un 10% menor que el sistema tradicional, a lo que hay que sumarle un ahorro en costos indirectos”.
FUENTE: Cronista