Por qué la factura electrónica de crédito puede darle un respiro a la economía
Desde hace muchos años existe la posibilidad de descontar una factura en nuestro país y tal vez este sea el motivo que nos dificulta entender por qué esta vez las cosas cambiarían. O qué diferencia existe entre lo que ya funcionaba con el factoring y esta nueva modalidad. Incluso en un estrato más profundo de análisis, por qué se dice que reactivaría la economía argentina.
Los motivos quedan circunscritos a estas simples diferencias en cuanto a los alcances de cada uno de los instrumentos: la factura conformada o de crédito tradicional, existente hasta el momento, y la factura electrónica de crédito MiPyme que habilita la reciente ley.
Uno de los principales motivos de diferenciación es el alcance. Hasta el momento podían acceder a este instrumento financiero ciertas empresas que, a su vez, debían mantener una relación comercial específica y formal con su cliente. Hoy, el juego se abre a cualquier emisor de facturas, en especial a quienes le facturen a “Grandes empresas”. De esta manera, por ejemplo, una pequeña clínica médica por sus servicios podría, en vez de recibir su pago por parte de la obra social para la cual trabaja, a los 60 o 90 días, descontar su factura electrónica y fondearse al instante.
Una vez reglamentada la citada ley, una factura electrónica de crédito, formato que derivará de la factura electrónica común, podrá ser descontada de múltiples maneras y muchas de ellas online, como lo pueden hacer sistemas creados para tal fin.
Cabe destacar que en la Argentina cerca del 80% de los contribuyentes emiten facturas electrónicas, de las cuales se prevé o estima que el 80% puedan ser financiables. En 2017 se emitieron más de 250 millones de facturas electrónicas, por lo que es simple calcular el impacto de volcar todo ese efectivo en el mercado y por el cual se pone tantas expectativas en esta ley.
En el sentido de la agilidad, descontar una factura de crédito tradicional hasta el día de hoy implica la firma de una serie de contratos formales y hasta la participación de un escribano certificante. La nueva ley suprime todos los aspecto físicos y engorrosos de hacerlo y habilita a la creación de canales electrónicos simples para todo lo propio del descuento de una factura electrónica de crédito, como lo pueden ser registros, seguimiento, poseedores, etc.
Cabe destacar también el aliciente o herramienta que este sistema aporta a un mercado cambiante y movedizo como el nuestro. Una empresa que descuenta una factura, si bien asume un costo de alrededor del 3,5% (ejemplo costo Invoition), obtiene fondos líquidos con los cuales puede, por ejemplo, realizar una compra de insumos al contado con hasta un 15% de descuento, lograr un mayor margen de ganancias, tener previsibilidad y hasta ser competitiva.
Además fuera de la operatoria intrínseca de cada empresa o individuo, desde una perspectiva económica a nivel país, la factura electrónica de crédito MiPyme constituye un instrumento asociado a la producción, de allí el término financiamiento “productivo”, ya que abre el juego también para quienes buscan operaciones para financiar, logrando una inyección de capital directa al flujo de negocios de empresas, comercios y profesionales, compitiendo con instrumentos con carácter menos productivos como por ejemplo las Lebac. Los motivos son múltiples y los datos ciertos y extraídos de la realidad del mercado argentino, por tal motivo las esperanzas en esta nueva ley y la reactivación y movimiento que inyectará en el mercado, con seguridad se irán viendo.
FUENTE: Apertura