Efecto dólar y caída del crédito arrastran a la industria automotriz: bajó la producción y se derrumbó la venta a concesionarios
Tras la devaluación, los precios de los 0Km se dispararon, provocando una caída de los patentamientos. Esto terminó arrastrando a la industria y generando un sobrestock de unidades sin vender que se ubica en sus máximos históricos. También, impactó la fuerte contracción de la financiación bancaria.
Los temores se terminaron cristalizando en los números de junio: el mes pasado se produjeron 39.420 unidades, lo que implicó una caída del 13% respecto del mismo período de 2017 y una contracción cercan al 16% en relación a mayo pasado.
En un contexto en el que los patentamientos sufrieron la primer baja en dos años y que las agencias vienen de alertar que los niveles de stock están en su máximo histórico, las ventas mayoristas desde las terminales a los concesionarios no pudieron esquivar el impacto.
Según datos de ADEFA, las compañías despacharon 55.358 unidades en junio, lo que implicó un derrumbe interanual del 31%.
Desde la entidad señalaron como una de las causas de este bajón al paro de camioneros en Brasil, que tuvo lugar en mayo, pero que se sintió también en junio, dado que provocó el faltante de autopartes.
A esto se sumó el paro de la CGT que, advirtieron en ADEFA, «afectó el normal funcionamiento de la industria y llevó a contabilizar sólo 17 días hábiles de actividad».
El malestar en el sector gremial es una constante por estos días. SMATA decretó el estado de alerta y movilización nacional frente a suspensiones de personal y paradas que se dieron en algunas plantas y que se prolongarían durante el segundo semestre.
“Sin su intervención en el control de las importaciones, sin la protección a la manufactura nacional, sin respeto a la Ley de Autopartes y a los acuerdos comerciales, la industria automotriz está en peligro y el futuro de los mecánicos es incierto”, afirmó días atrás el secretario general de la entidad, Ricardo Pignanelli.
Sin embargo, es la floja dinámica de las ventas en el mercado internolo que hoy por hoy más preocupa a los industriales: en junio, los patentamientos se desplomaron 18%, anotando así la primera caída en dos años.
Y los factores principales de este derrumbe, señalados por la propia entidad, están relacionados con la desaparición de los planes de financiamientos y con el salto del dólar y su impacto en los precios, dada la alta dependencia del mercado argentino por los vehículos importados, considerando que más de la mitad de los modelos que se venden en el país provienen de Brasil.
El billete verde, por cierto, también pega y muy fuerte en el precio de los componentes para producir autos en la Argentina, dado que tienen unaincidencia del 70% promedio en el valor final de cada vehículo.
Los precios de los vehículos vienen de subir entre un 10% y un 15% en mayo y anotaron un alza de más de 5 puntos en junio, una tendencia que puso fin a un largo período en el que el valor de los 0Km se movía por debajo del índice inflacionario.
Además, desde concesionarios marcan que también afectó fuertemente la incertidumbre, que suele paralizar decisiones de compra, en un contexto en el que la mitad de las operaciones se pactan con planes de financiamiento a mediano plazo.
Vinculado con este último punto y muy fundamental, desde ACARA, entidad que nuclea a las agencias, alertaron que se produjo una «estrepitosa caída de la financiación bancaria, por el aumento de las tasas de interés, que la ha reducido prácticamente a cero, algo que a nuestro sector complica de sobremanera».
Desde ADEFA compartieron la misma inquietud. Luis Fernando Peláez Gamboa, titular de la cámara que reúne a las terminales, planteó que ven «con preocupación el aumento de las tasas de interés, ya que afectan de manera directa las ventas, puesto que el 50% de las mismas se realizan mediante la utilización de alguna herramienta de financiación”.
En este sentido, el directivo instó a que «se reduzcan rápidamente las tasas a fin de retomar la senda de crecimiento que el sector mostró en los primeros cinco meses del año».
En este contexto, desde las agencias pintaron un panorama aun más grave al advertir que en los salones de venta tienen «un nivel de stock que es el más alto de la historia, debido a la gran oferta de modelos, y a una demanda que se ha vuelto escasa y selectiva».
Esto repercutió en las ventas mayoristas que realiza todos los meses la industria. En junio, según ADEFA, se comercializaron 55.358 unidades, un 31% menos que en igual mes de 2017. De ese total, los modelos que más sufrieron fueron los nacionales, con un derrumbe aun mayor, del orden del 37%.
Exportaciones
En cuanto a las ventas al exterior, las automotrices exportaron en junio casi 22.900 unidades, un 16% por encima de junio de 2017.
«La nueva situación macro, en función de la corrección cambiaria que se ha dado, puede traducirse en una oportunidad por la mejora de la competitividad y ello, permitir mantener el ritmo de producción y exportación de los últimos meses», plantearon desde ADEFA.
Sin embargo, consultoras como Ecolatina aseguraron que el salto exportador que experimentó este y otros sectores obedeció más a una «puesta al día» tras el freno en los embarques provocó el paro en Brasil que a una reacción positiva tras la devaluación.
A esto se suma la incertidumbre vinculada con las perspectivas de crecimiento para el país vecino -principal comprador de autos nacionales-, afectado por una economía que no levanta y el temor que genera en inversores las elecciones de octubre próximo.
Según el reporte que publica el Banco Central de Brasil, en base a las proyecciones de analistas y consultoras, se espera que el PIB crezca 1,94%. Se trata de una revisión a la bajarespecto del alza del 2,18% prevista hace apenas una semana.
De hecho, desde SMATA afirmaron que la desaceleración del país vecino ya impactó en la planta de GM, que pasó de armar 27 autos por hora a unos 16.
«Brasil había pedido 50.000 autos y ahora solicitó 30.000», reveló recientemente Pignanelli, dejando en claro que el «milagro brasileño» tiende a demorarse.
Empeoran las perspectivas
A partir del impulso dado por los mercados externos, las terminales radicadas en el país iniciaron el 2018 con una proyección de suba de la producción del 20%.
Sin embargo, el acumulado durante los seis primeros meses arroja una tasa de variación del 10% y en baja.
Las flojas perspectivas para Brasil y la incógnita del mercado local, ahora generan dudas sobre la performance de la industria.
«Es posible que en los próximos meses la producción crezca a menor ritmo y se complique cumplir las perspectivas de crecimiento iniciales de la industria», advirtieron desde Radar.
En paralelo, también se están revisando las proyecciones de ventas: al arrancar el año, el objetivo era acercarse lo más posible al techo de 1 millón de unidades patentadas frente a las 901.000 del año pasado.
Sin embargo, ese objetivo ya parece improbable. Por lo pronto, los propios directivos de ACARA advirtieron que la segunda mitad del año «seguro mostrará cifras sensiblemente inferiores».
Por eso, los directivos más pesimistas hablan de una nueva meta de 880.000 vehículoscomercializados para este 2018, lo que implicaría una baja del 2%, algo impensado cuando se iniciaba un año que apuntaba a ser récord histórico.
FUENTE: Iprofesional