«En 2017 los salarios le van a ganar a la inflación»
Para el ejecutivo, el gradualismo es la estrategia correcta.
Por octavo año consecutivo, y por unanimidad, Jaime Campos fue reelecto presidente de la Asociación de Empresarios de la Argentina (AEA), la entidad que reúne a las principales empresas del país. Desde su despacho en Catalinas, Campos analiza la gestión del macrismo y se muestra confiado en que la inflación va a bajar en 2017.
–¿Qué evaluación hacen desde AEA de este primer año de la gestión de Mauricio Macri?
La evaluación que hacemos en general es positiva. Pasamos de una situación en la que primaba la intolerancia a un clima de diálogo y de respeto por las instituciones. Se ha pasado de una política de discrecionalidad a una basada mucho más en reglas. El empresario quiere previsibilidad para operar. Hay una sensible baja de la inflación, que empieza a estar por debajo del 1,5% mensual. Ahí empieza a haber una serie de efectos positivos. Los primeros que se benefician son los pobres; después, los que pueden acceder a un crédito para vivienda, y además, las empresas. También hay que destacar que hasta el momento, el resultado del blanqueo fue muy significativo y muy positivo.
–¿Qué perciben como negativo?
La herencia recibida era más compleja de lo que se anticipaba. El reinicio de la obra pública se demoró muchísimo, producto del estado en el que se encontraban los proyectos, había un gran desorden. En ciertos sectores el muy mal desempeño de la economía brasileña tiene un impacto muy grande.
–¿Qué expectativas tienen para 2017?
Creemos que el año que viene los salarios le van a ganar a la inflación. Vemos a la inflación bajando sistemáticamente y eso se lo ve sólido. El sector empresario va a convalidar un aumento por encima de la inflación prevista. Y por eso me parece tan importante que la negociación salarial se haga mirando a la inflación prevista. Tenemos que escaparle a la nominalidad. Cuanto más profunda sea la baja de la inflación, mejor nos va a ir a todos. El acuerdo que ha hecho la gobernadora María Eugenia Vidal con los trabajadores de la provincia de Buenos Aires es un indicio muy positivo. Si pudiéramos acordar que todos los contratos se van a hacer sobre la inflación futura, sería muy positivo, va a contribuir a que la inflación se consolide en niveles más bajos. El efecto que va a tener el blanqueo también va a ayudar a mover la economía. En la economía no hay medidas mágicas. El rol del Estado es poner el marco de previsibilidad lo más claro posible. Y eso es una responsabilidad del Gobierno y de los partidos de la oposición. Es muy importante que no haya cambios bruscos en las reglas de juego, específicamente en materia impositiva, porque eso genera muchas dudas en los inversores.
–¿Qué responden ante los reclamos del presidente Macri de que los empresarios sean más contundentes a la hora de invertir?
Las empresas miembros de AEA invierten todo el tiempo. Si no, no se podría mantener la productividad. Son inversiones muy importantes. Pero algunos proyectos de envergadura que se podían esperar se han demorado. Algunos están atados al ciclo económico; cuando la economía retome su crecimiento, va a haber más inversiones. Otros dependen mucho del marco regulatorio, por ejemplo en energía y en infraestructura. El Gobierno tomó decisiones en el tema tarifas que fueron difíciles, pero son imprescindibles para definir el marco regulatorio de inversiones futuras. En cualquier momento se está por anunciar un arreglo entre los gobernadores, los sindicalistas y los empresarios para presentar el marco regulatorio y ahí podemos esperar un desarrollo muy importante. Esto puede agregar un punto o punto y medio al producto, solo en energía.
–¿Qué hace falta para que la inversión despegue?
Para la inversión lo que interesa son los préstamos de mediano y largo plazo. Hoy tenemos una situación de mejor acceso al crédito, lo que no quiere decir que sea óptima. Las pymes que no pueden acceder a tasas razonables son aquellas que no pueden tener todas las presentaciones como corresponde, por eso un tema pendiente en la Argentina es ir hacia una reforma tributaria. Hay que ir hacia una reforma tributaria, obviamente siendo muy responsables porque no podemos desfinanciar al Estado.
Esa es una de las agendas que más vamos a impulsar el año que viene.
–¿Les preocupa el déficit fiscal?
Sabemos que este es un tema al que el presidente le da particular relevancia. Nosotros lo que vemos es que al déficit público hay que medirlo con el ritmo de la actividad económica. El año que viene, con un crecimiento de la economía, el déficit va a poder bajar más fácilmente, porque ahí los ingresos van a aumentar, va a ser más fácil con más actividad económica.
–¿Comparten la estrategia de hacer un ajuste gradual?
Sí, absolutamente. La baja de la inflación y el déficit en forma gradual es la indicada, tenemos que ser muy conscientes de la realidad social en la que estamos. No hay que olvidarse de que tenemos más de 30% de ciudadanos en la pobreza. Hay que actuar con mucha responsabilidad en esta materia. Creemos que una reducción gradual del déficit fiscal es positiva, pero teniendo siempre en cuenta que no hay que desfinanciar al sector público. No nos parece razonable pedirle al Gobierno que reduzca el déficit en un año como este, en el que la economía no crece.
–¿Les preocupa la gobernabilidad?
Una de las cosas más positivas que ha pasado este año es la gobernabilidad que ha tenido la Argentina, eso da mucha esperanza a los empresarios y a los inversores. Un Gobierno con minoría en las dos cámaras ha sido capaz de articular consensos y de aprobar una serie de leyes claves con el aporte de la mayoría de los opositores. Un punto central de las elecciones del año que viene va a ser mostrar cuáles son los partidos políticos que presentan a la ciudadanía un proyecto que implica consenso y cuáles son aquellos que no lo hacen. Lo importante es que predomine el acuerdo entre los distintos sectores de la sociedad, porque eso es lo que les da sustentabilidad a la política y a la economía. Lo peor que puede pasar es que se tomen decisiones a las apuradas y sin consenso general, porque entonces, esas decisiones tienen poca vida.
FUENTE: Ieco Clarin