Los clientes explotan las líneas de sus asesores para preguntar por el blanqueo de capitales
Los especialistas consultados por iProfesional dieron cuenta de los principales factores que llevan a que los argentinos deseen exteriorizar activos. También explicaron cuáles son sus temores y las principales dudas que les genera la norma que fue aprobada por el Congreso
En los últimos días, los teléfonos de los asesores impositivos estuvieron al rojo vivo, en sintonía con el inminente blanqueo de capitales.
La expectativa es elevada, dado que el texto final de la norma aprobada por el Congreso todavía no fue publicado en el Boletín Oficial y que, además, todavía faltan las puntadas finales que puede incluir la reglamentación que dicte la AFIP.
A la espera de estas definiciones, la ansiedad de aquellos que tienen «escondidos» del control del fisco dólares, bienes o cuentas, ha ido en aumento.
Por el momento, pocos se atreven a cuantificar el éxito que pueda tener la medida. Sobre todo, porque aún no se sabe a ciencia cierta cuál es el «número mágico» que pretende recolectar el equipo económico de Mauricio Macri.
Estas estimaciones se tornan más complejas cuando los pronósticos que barajan economistas y consultoras no sólo no son uniformes, sino que marcan diferencias muy amplias entre sí (algunos hablan de u$s60.000 millones, otros de u$s10.000 millones o incluso menos).
No obstante, los asesores impositivos consultados por iProfesional advirtieron que hay un gran interés por parte de los que hoy tienen fondos o bienes «escondidos» del ojo de la AFIP.
De hecho, los asesores con más experiencia del sector destacan que, en comparación con blanqueos implementados por otros gobiernos, la cantidad de consultas que se observa hoy día es muy superior.
Los expertos de los principales estudios contables atribuyen este escenario a diversos factores, entre los que figuran:
-Los cambios que se están dando a nivel mundial en el plano de la transparencia fiscal.
-La percepción positiva sobre las ventajas del régimen en comparación de los anteriores.
-La reforma tributaria que viene con esta ley.
El entusiasmo llega a tal punto que se dan situaciones curiosas como la descripta por Ariel Becher, socio de International Tax Services de EY, quien afirma que ahora son los propios particulares los que buscan blanquear sin esperar la recomendación de los especialistas.
«Nuestro consejo es sin duda aprovechar la oportunidad para ponerse al día. Pero en general, lo que estamos viendo es que son los mismos clientes los que se acercan con esa intención», remarcó.
De intereses y necesidades
Como sucede cada vez que se lanza un régimen de este estilo, existen dos grandes grupos de personas: los «interesados» -que ven una buena oportunidad para «acomodar» su situación fiscal- y los «necesitados» -que tienen a la AFIP pisándoles los talones o encuentran altos riesgos en no adherir-.
Es por eso que, al ser consultados sobre los principales motivos que tienen los argentinos a la hora de exteriorizar fondos o bienes, los especialistas suelen dar cuenta de una amplia paleta de factores.
Uno de ellos, que es ineludible, es el cambio en el contexto internacional respecto de la transparencia.
Sucede que, en muy poco tiempo, todo se registrará con la CUIT en el exterior y el fisco estará informado sobre las operaciones de argentinos en el mundo.
Esto, sin contar con los datos que se hicieron públicos gracias a los «arrepentidos» que operaban en paraísos fiscales o el giro que debieron dar instituciones cuyo principio rector era el «hermetismo».
Casos como las cuentas en el HSBC de Suiza o los Panamá Papers pusieron en el ojo de la tormenta a más de un contribuyente.
A nivel internacional también pesa el hecho de que algunos países están obligando los clientes de las entidades bancarias a declarar las cuentas que tienen bajo amenaza de cierre.
Mario Buedo, Socio del estudio Montero y Asociados, aseguró que «muchos están recibiendo cartas de bancos suizos para avisarles que el año que viene les van a exigir que las cuentas que tienen allí aparezcan en las declaraciones juradas de impuestos».
El experto advirtió que las entidades «amenazan con darles de baja a quienes no presenten la documentación donde conste que brindaron la información correspondiente a las autoridades nacionales».
Si bien no todos coinciden con la idea de que se trata de un blanqueo con un bajo costo, sí están de acuerdo con que es que es altamente ventajoso si se lo compara con las consecuencias de no hacerlo.
Además, cuanta con un amplio abanico de beneficios, que van desde la exteriorización a tasa «0» -para los que opten por adquirir bonos- a la exención de tributos, pasando por la liberación de multas y la ventaja de evitar quedar atado a un proceso penal.
El socio de Tax & Legal de PwC Andrés Edelstein, hizo hincapié en otro punto fundamental: la medida permitirá regularizar un amplio espectro de bienes sin requerirse la repatriación.
También pesa el hecho de que el blanqueo haya llegado con una amplia modificación impositiva, que incluye la eliminación de la carga que recae sobre la compra-venta de acciones o títulos en el exterior y la reducción de Bienes Personales.
Desde los estudios contables confirmaron que una de las clásicas preguntas que hacen los clientes es cuánto deberán pagar todos los años una vez que se exerioricen sus bienes y sus cuentas fuera del país.
Así, la reducción del gravamen que recae sobre el patrimonio termina impactando positivamente en la decisión final y colabora para que sean más las personas que terminen adhiriendo al «sinceramiento fiscal».
Además, la modificación tributaria también es determinante desde la necesidad de disminuir el costo de mantenimiento de sociedades del exterior, según lo manifestó el asesor tributario Marcelo Domínguez a este medio.
«La importante reducción de Bienes Personales da lugar a que en muchos casos sea más conveniente pagar ese impuesto patrimonial que seguir asumiendo los costos de permanecer oculto detrás de sociedades inversoras del exterior», afirmó.
Consultas más frecuentes
A la hora de analizar las principales preguntas de los interesados, los especialistas coinciden en señalar que muchas personas consultan sobre la posibilidad de blanquear parcialmente, en especial aquellos que poseen una alta atomización de activos en el exterior.
Ante este escenario, todos los asesores están de acuerdo en que esa no es una opción inteligente.
Fernando Schettini, socio del estudio S&A, manifestó que «se les explica el riesgo que se asume, toda vez que los beneficios resultan procedentes en la medida que el sinceramiento sea total».
No hay que olvidar que la norma aprobada por el Congreso cuenta con una cláusula que hace caer todos los beneficios del blanqueo y permite cobrar los gravámenes en caso de que el fisco detecte activos sin declarar en el futuro.
Dicho de otra manera, y tal como explicó el asesor tributario Marcelo Domínguez, «en este caso, la AFIP quedaría facultada para reclamar los impuestos relacionados con el ‘incremento patrimonial no justificado'».
La situación de aquellos que tienen cuentas en Estados Unidos es otro punto específico que destacaron varios especialistas.
Ocurre que el país norteamericano no está obligado a proporcionar automáticamente información, ya que no firmó el acuerdo de la OCDE (que sí rubricó la Argentina).
Esto tienta a más de uno a no declarar los activos que posea en EE.UU. Frente a este punto, Buedo aseguró a este medio que «la expectativa es que se habilite la reciprocidad de información» en algún momento.
Esto, como se explicó, podría echar por tierra todos los beneficios obtenidos por blanquear parcialmente.
Hay otro punto importante. Iván Sasovsky, titular de Sasovsky & Asociados, afirmó que lo que hay que tener en presente en estos casos es a nombre de quién están las cuentas bancarias.
Ocurre que si están a nombre de sociedades, éstas pueden entrar en el intercambio de información. «El hecho de tener participaciones en las sociedades obliga a blanquear sobre el valor del activo de las mismas y, por ende, las cuentas en Estados Unidos», advirtió.
Otro de los puntos que genera dudas, según advirtió Schettini, es «el régimen de regularización por la exención y/o condonación de interés y sanciones, así como de liberación de multas formales».
No hay que olvidar que la norma aprobada recientemente por el Congreso incluye una moratoria y, como tal, no sólo permite el pago de los impuestos no ingresados en cómodas cuotas, sino que también otorga beneficios «extra».
Para Becher, las inquietudes respecto a adherirse no tienen que ver con el costo del impuesto especial, que a la larga termina siendo aceptable considerando las liberaciones de impuestos anteriores que trae aparejadas.
Por el contrario, el interés radica en la «necesidad de emprolijar y transparentar cuentas, de contar con fondos que les permitan hacer nuevas inversiones en el país, la oportunidad de clarificar y regularizar algunas cuestiones familiares o sucesorias, entre otras posibles aristas».
Principales temores
Los expertos consultados explicaron que las principales dudas están vinculadas con puntos más técnicos, como por ejemplo la fecha de corte, la tributación posterior y cuestiones familiares o societarias a resolver, entre otros aspectos.
Las respuestas, en estos casos, tienen que esperar. Así lo afirmó Fernanda Laiún, del estudio Laiún, Fernández Sabella & Smudt, quien advirtió que «muchos puntos dependen de la reglamentación».
Entre ellos, destacó que habrá que ver cómo se aplica la modificación de la fecha original de corte (que era el 31 de diciembre de 2015 y se cambió al momento de la promulgación de la ley), lo cual deja abierto el tratamiento de los movimientos del 2016 para las personas físicas.
Paralelamente, Laiún explicó que otra de las preocupaciones que tienen los interesados es si se podrá mantener en el futuro la promesa legal de aplicar una tasa de Bienes Personales baja (del 0,25% desde 2018), atendiendo las necesidades de fondo de futuros gobiernos.
Otro de los aspectos que inquieta a los que están en dudas es si un Gobierno posterior podrá dar marcha atrás con la norma y comenzar con una «caza de brujas» con los que participaron de la exteriorización.
«Obviamente, la respuestas es no. Se trata de derechos adquiridos por una ley votada por el Congreso, que tiene validez plena. Está otorgando derechos y no puede haber marcha atrás sobre eso», advirtió Sasovsky.
Otra duda está vinculada con un tema sensible como el lavado de dinero. En concreto, los temores que manifestaron los interesados giran en torno a la posibilidad de que haya denuncias contra los que blanquearon.
Al respecto, y para apaciguar las aguas, el titular de Sasovsky & Asociados explicó que «el blanqueo sólo exime de responsabilidad penal sobre cuestiones tributarias». Es decir, que aquellos que quieran «sincerar» fondos provenientes de evasión, no deben preocuparse.
Además, recordó que el titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), Mariano Federici, aseguró que sólo iba a investigar cuando existieran indicios de que los fondos pudieran provenir de otros delitos que no sean la evasión.
Esto explica por qué, a diferencia del último blanqueo, hay muchos más interesados.
Habrá que esperar a que se ponga en marcha el régimen de exteriorización para medir, en definitiva, qué tanto éxito tendrá la medida implementada por el macrismo.
Fuente: iProfesional.com